Fue una tarde-noche muy agradable; primero una pequeña intro sobre esmaltes y curiosidades del mundo de la cerámica... luego la magia del rakú, que va ganando vistosidad a medida que oscurece; se vendieron algunas macetas, se entablan conversaciones atareadas mientras entran y salen las piezas del horno... lo difruté mucho. Para rematar, cervezas y tapas.
Mi hijo Víctor me ayudó mucho, como de costumbre; también Álvaro y su padre Salvador
Gracias por la invitación a este grupo tan activo, que no para de hacer cosas y tiene gente con muy alto nivel dentro y fuera de España, como su presi Miguel Ángel
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